Cuando aprendes a ver y a experimentar el Teatro de la Autenticidad ya ningún otro modo de ver o de hacer te llena.
El filtro del actor como actor se cae y existe la entrega y el compromiso con la historia y el personaje desde la persona que es el actor, desde el descubrimiento del alma de la persona en escena, la relación que se crea con el público es desde una energía indescriptible. La comunicación obtiene el máximo grado ya que se rompen las fronteras entre espectador y actor…
De ahí viene la verdadera catarsis.
Así se puede cerrar el círculo entre la infancia y la adultez. No hay nada más auténtico que un niño entregado al juego ya seas actor o espectador. De este modo concibo el teatro.
Así se puede cerrar el círculo entre la infancia y la adultez. No hay nada más auténtico que un niño entregado al juego ya seas actor o espectador. De este modo concibo el teatro.